Embarazo y dentista: algunos mitos y realidades
- On abril 2, 2018
- dentista San Pedro Pinatar, embarazo, Embarazo y dentista, embarazo y salud bucodental, gingivitis, salud dental
Articulo redactado por el Dr. Luis Miguel Sánchez Suárez
Hace unos meses atrás se presentó en mi consulta G. Venía desesperada por un dolor de muelas bastante intenso que le mantenía sin dormir por varios días. G., ya había visitado otra clínica dental en la que le habían realizado un tratamiento que no había funcionado, probablemente porque no se atrevían a realizar una terapia efectiva contra su dolor. La razón de ello: un embarazo de 5 meses de evolución. Llegó a mi consulta recomendada por el Dr. Alessandro Magnelli, excelente ginecólogo y mejor amigo, y a quien aprovecho la oportunidad para saludar y agradecer su confianza en LG Dental.
El problema dental de G. no implicaba una dificultad terapéutica fuera de lo común, es decir, lo que le aquejaba simplemente era un dolor pulpar producto de una caries, pero se convertía en inusual debido al exceso de precaución que, en ciertas ocasiones, tenemos al realizar un tratamiento dental en una paciente embarazada.
Muchos son los mitos que rodean al tratamiento dental durante el embarazo. Por ello, me gustaría conversar sobre la realidad de la terapéutica dental durante la gestación. Trataré de dar respuesta a algunas de las preguntas que con más frecuencia nos hacen nuestras pacientes gestantes:
1.- ¿Pueden ponerme anestesia si estoy embarazada?
La respuesta es si, existen anestésicos locales que son completamente seguros para mujeres gestantes, por lo que anestesiar localmente a una futura madre, no solo es seguro sino necesario para controlar el dolor y hacer el tratamiento más confortable. Como todo medicamento, existen algunas precauciones a tener en consideración y que tu dentista conoce perfectamente.
2.- Entonces, ¿Es bueno que con el embarazo visite a mi dentista?
No solo es bueno, sino que debería ser ineluidible la visita de una embarazada al dentista puesto que muchas son las condiciones que pueden afectar la boca durante la gravidez. Una de ellas es, por ejemplo, los cambios hormonales que trae el embarazo consigo, los cuales podrían producir problemas como la llamada gingivitis de la gravidez, que es facilmente controlable y prevenible.
3.- ¿No sería mejor esperar a salir del embarazo para tratarme la boca?
Contrariamente a lo que pueda pensarse, posponer el tratamiento dental para después del embarazo no solo es una mala decisión sino que es contraproducente por dos sencillas razones: la primera es que un proceso infeccioso en desarrollo en la boca puede agravarse a puntos insospechados si no es tratado de forma correcta; y la segunda, es que después del parto la madre se enconatrará demasiado ocupada cuidando a su bebé y adaptándose a las nuevas condiciones de su vida por lo que le será muy difícil sacar tiempo para una terapia dental.
4.- ¿Y qué hay de las radiografías, puedo hacerme radiografías?
Durante el embarazo, es completamente seguro hacer radiografías tomando todas las precauciones necesarias, como el delantal de plomo y el uso de radiografías digitales que minimizan la dosis de radiación. El objetivo del profesional debe ser reducir la exploración radiográfica al mínimo necesario como con cualquier paciente y así lo recogen organismos profesiónales internacionales como la Asociación Dental Americana y, en España, el Consejo Nacional de Dentistas.
5.- “El embarazo me destrozó la Boca…”
Esta frase la escucho muy frecuente en mis pacientes mujeres. Si bien es cierto que durante el embarazo existen condiciones que hacen a la mujer gestante vulnerable a las enfermedades de la boca, la máxima popular que indica que “un embarazo cuesta un diente” no debe cumplirse si somos precavidos y visitamos a nuestro dentista.
Entre las condiciones que hacen vulnerable la boca de la futura mamá es importante destacar:
- Los vómitos: que traen consigo la salida de contenido ácido del estomago y al entrar este en contacto con los dientes podría producir la erosión ácida del esmalte. No obstante, esta situación es prevenible con un enjuagatorio con agua después del vómito.
- La mayor ingesta de alimentos: el embarazo produce hambre, es normal, el cuerpo de mamá está gastando mucha energía creando vida y hay que reponerla comiendo. Este aumento en la frecuencia de las comidas aumenta la vulnerabilidad de los dientes a la caries, por lo que la recomendación es, simplemente, aumentar también la frecuencia del cepillado dental.
- La falta de prevención: si antes de quedarte embarazada tu boca tenía “puntos débiles” no tratados, durante el embarazo esos problemas podrían ser aún más serios sino son atendidos. Por lo que esta vez el consejo es que visites a tu dentista si estas planeando aumentar la familia o si ya estás embarazada para que tu dentista pueda mantener a raya los problemas de la boca y tu solo te dediques a disfrutar de un embarazo sano.
Como ya ves las consecuencias de no tratar son casi más graves que la patología en si, por lo que la recomendación siempre será visitar a tu dentista antes, durante y después del embarazo. Sobre todas las cosas el mensaje para llevar a casa es que la terapia odontológica durante el embarazo es segura, sana, necesaria y recomendable.
Después de decirle todo esto a G y muy a regañadientes -me costó mucho convéncerla de que su bebé y ella estaban seguros, cosa que considero completamente normal ya que ante el instinto de protección maternal no hay delantal de plomo que valga-, accedió a hacerse una exploración radiográfica que dejó al descubierto una necrosis del nervio de su muela el cuál fue tratado con una endodoncia que erradicó el problema.