Las consecuencias de nuestra boca de mordernos las uñas
- On junio 4, 2019
- morderse las uñas, onicofagia, ortodontista
El hábito de mordernos las uñas puede facilitar la entrada de bacterias y es negativo para nuestro sistema nervioso. Entre las diferentes repercusiones que esta mala costumbre puede tener en nuestra salud, son consecuencias para nuestra boca y dientes.
En la práctica, las personas que se muerden las uñas deterioran de muchas formas su salud dental; a simple vista no es sencillo analizar el daño que esto genera a la salud. Lo peor es que al menos 30% de la población mundial tiene este mal hábito.
El daño principal se genera en el esmalte dental
Con el hecho de mordernos las uñas, generamos desgaste del esmalte dental. Con cada mordida facilitamos la interacción de bacterias que están en nuestras manos y que debilitan a cada pieza. Realmente no solo se afectan los dientes con los que hacemos la mordedura, sino la totalidad.
La también llamada onicofagia facilita la entrada de todo tipo de agentes extraños desgastantes. En este sentido, las bacterias también alcanzan a afectar a las encías. Los problemas higiénicos en nuestra boca aumentan significativamente por medio de esta práctica.
Los dientes incisivos sufren a nivel de microtraumatismos. En medio de condiciones desfavorecedoras se pueden astillar estas piezas. El impacto puede ser profundo con el tiempo.
Otro origen de la halitosis
Hoy en día sabemos que los problemas estomacales y la mala higiene bucal son los causantes de la halitosis. Pero mordernos las uñas contribuye precisamente a que ambas situaciones confluyan en una persona.
Por un lado, las bacterias de los dedos pueden generar alteraciones e infecciones en el sistema digestivo. Por el otro, dichos microorganismos desmejoran la higiene de la boca. De esta forma, la onicofagia fomenta la aparición de la halitosis, que no es más que el mal aliento.
Cuando mordemos nuestras uñas generamos condiciones que incrementan el mal olor bucal. Incluso al recurrir a productos o tratamientos, la recuperación será más difícil si continuamos con este mal hábito.
Problemas en la mordida
Otro de los efectos colaterales que provoca mordernos las uñas tiene que ver con problemas en la mandíbula. Se trata de la posibilidad de experimentar dolores en la articulación temporomandibular, que se encuentra entre el hueso temporal y la mandíbula.
Dicha afección se manifiesta justo al momento de masticar alimentos. El dolor determinará la existencia de un mal movimiento en la mandíbula; estos casos son considerados extremos, pero son posibles.
Un problema importante es que este hábito puede mover la posición natural de los dientes. El movimiento también genera descolocación en la mandíbula, y muchos de los pacientes afectados suelen necesitar tratamientos de ortodoncia.
Un mal hábito difícil de quitar
Todo lo anterior demuestra que morder nuestras uñas es más que una costumbre, un hábito perjudicial. Lo peor es que este es uno de los comportamientos más difíciles de quitar. Existen muchos métodos que se pueden intentar, pero las dificultades son amplias.
Desde esmaltes con mal sabor hasta pulseras especiales, hay muchas opciones para elegir. Para tratar de erradicar esta mala costumbre, es necesario contar con el apoyo de amigos y familiares. La mejor opción es trabajarlo desde que las personas están en la niñez.
Cosas que podemos hacer
La visita al ortodontista puede ser recomendable si notamos dolor al morder, o movimientos extraños en la mandíbula. Es probable que algunos pacientes deban colocarse un tratamiento correctivo. Para ello, se realizará una placa panorámica de toda la cavidad bucal y las piezas dentales.
Evidentemente, lo correcto es hacer todo lo posible para disminuir este hábito. La visita a un psicólogo podría ayudarnos a establecer un tratamiento y entender el origen de nuestra onicofagia. El trabajo de la ansiedad podría traer beneficios incalculables en cuanto a la salud bucodental y a nivel integral.
Fuente de imagen: Ella Hoy