Higiene bucodental durante la pandemia del coronavirus
- On abril 14, 2020
- cepillado dental, covid-19, higiene bucodental, higiene dental
Cuidar al máximo la higiene y la limpieza, tanto personal como de todo aquello que nos rodea, es condición indisoluble para reducir el riesgo de contagio del coronavirus e iniciar cuanto antes una paulatina vuelta a la normalidad sin peligro de una vuelta atrás. Hemos de ser muy escrupulosos también, claro, con nuestra higiene bucodental.
Una de las pautas más conocidas universalmente en este ejercicio de contención del Covid-19 es el lavado frecuente de manos con agua y jabón. El motivo principal reside en que, si nuestras manos han entrado en contacto con algún material en la que estuviera presente el virus, este puede estar presente de manera superficial en nuestras manos, pero lo podemos eliminar con el lavado antes de que nos toquemos nariz, ojos o boca, evitando así que entre en nuestro organismo y nos convirtamos en portadores del mismo.
De esta manera, hacer de la higiene de nuestra boca un ejercicio de limpieza más exhaustivo es también muy importante para despojarnos del coronavirus. Y, por supuesto, lavarnos las manos antes de tocar el cepillo de dientes -que actúa como vehículo de los virus de la mano a la mucosa oral- y llevárnoslo a la boca, así como repetir misma acción una vez hemos terminado. Hacer de un proceso casi inconsciente, de tantas veces que lo hemos repetido en nuestra vida, uno más estudiado, es fundamental. Y, así mismo, lo es que lo hagamos después de cada comida del día, incluidas las veces que picamos entre horas.
Y es que el incremento de nuestra higiene bucodental en tiempos de confinamiento no se debe solo a evitar el contagio por coronavirus, también a que, pasando tantas horas al día dentro de casa, nuestros hábitos alimenticios se ven alterados respecto a lo que venía siendo nuestra rutina, sobre todo por la gran cantidad de veces que no es fácil ingerir alimentos fuera de un horario de comidas convencional, como pudiera ser el de desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena.
El frecuente picar entre horas es un acto para el que no estamos acostumbrados en reparar a su posterior higiene bucodental, como si tenemos automatizado después de comer, por ejemplo. Sin embargo, debemos llevar especial cuidado, ya que entre estos alimentos ganan mucha presencia los ‘snacks’ ultraprocesados, con gran cantidad de azúcares, toda una amenaza para nuestra boca, a la que podemos ayudar sustituyéndolos por frutas y otros alimentos de los que quizás no se conocen tanto sus beneficiosas propiedades para nuestros dientes, como son el chocolate negro o el queso, dentro de un consumo responsable.
Una vez que nos hemos comprometido a este aumento de nuestra higiene bucodental, no debemos centrarnos únicamente en el lavado de manos antes y después del cepillado dental, que debe ser de unos dos minutos como tiempo mínimo suficiente si queremos asegurarnos de alcanzar cada rincón de nuestra cavidad bucal. Una vez terminado, es importante enjuagar con abundante agua el cepillo para que no quede escondido entre sus cerdas ningún resto de comida, como tampoco de la pasta de dientes que hemos utilizado para eliminar esta suciedad y que podría mantenerse en nuestro cepillo.
Para superar este proceso de higiene con mayor nota, podemos también el cabezal del cepillo con povidona iodada al 0,2% o agua oxigenada al 1% durante un minuto y, después, secar bien el cepillo dándole vueltas hasta eliminar la humedad para guardarlo siempre con el cabezal hacia arriba y en un vaso individual. Es muy importante no compartir recipiente con los cepillos de otros familiares o compañeros de vivienda, ya que esto podría facilitar la contaminación cruzada. Además, mejor si el lugar en que guardamos nuestro cepillo de dientes está lo más alejado posible del retrete.