Boca de Meth
- On noviembre 10, 2015
Ante tal panorama y como rutina, rápidamente comenzamos a indagar cuál podría ser la causa de ese patrón de caries porque, si no identificamos el problema, la proyección podría dejar sin dientes a la joven en pocos años. Lo curioso de la situación es que la paciente no refería consumir alimentos o bebidas azucaradas y era bastante cuidadosa en su aspecto personal e higiene bucal; aun así la ausencia de saliva seguía sin tener respuesta. A pesar de que no hicimos una sialometría (medir la cantidad de saliva producida en un periodo de tiempo), continuamos con la investigación de situaciones que produjeran ausencia o disminución del flujo salival, y como durante el interrogatorio no existió nada que nos hiciera pensar que la cantidad de saliva en boca estuviese comprometida, solo me quedó una opción… Mi pregunta fue directa:
—¿Consumes algún tipo de droga?— Me miró como si estuviese invadiendo su privacidad, por lo que le expliqué que mi intención distaba mucho de inmiscuirme en su vida pero que el consumo de drogas como la cocaína, el crack o la metanfetamina podía producir este problema y, para poder ayudarla, nosotros necesitábamos saber si se encontraba en relación consumidora con alguna de ellas. Hizo una pequeña pausa para reflexionar y me dijo:
—Solo tengo tres meses consumiendo…
La Boca de Meth, o boca de metanfetamina es el nombre que reciben los daños dentales y bucales causados por la metanfetamina aunque también podrían asociarse a drogas como la cocaína, el crack u otras. La afección ocurre por una conjunción de factores y el apretamiento involuntario de los dientes conocido como bruxismo. En primer lugar, el consumo de este tipo de drogas reduce drásticamente la producción de saliva, dejando expuestos los dientes a las bacterias al no poder equilibrar la acidez de los alimentos en la boca. En segundo lugar, ante la ausencia de saliva el adicto siente la necesidad de tomar bebidas carbonatadas y altas en contenido de azúcar, lo cual aumenta la acidez en la boca. Por último, y ya en altos niveles de adicción, la persona desatiende su higiene bucal, lo que conlleva a efectos corrosivos de sus piezas dentarias.
Odontológicamente los síntomas de la boca de Meth son los siguientes
Boca Seca: Sucede porque la droga afecta las glándulas salivales y detiene la producción de saliva. Esta es indispensable para amortiguar o neutralizar la naturaleza ácida de los alimentos que ingerimos, sin ella, dichos ácidos dañan la capa exterior del diente: el esmalte y crea pequeños puntos negros. Adicionalmente, la falta de saliva en la boca conlleva al aumento de bacterias en la cavidad bucal.
Caries: Con la falta de salivación bucal y la ingesta descontrolada de azúcares, los pequeños puntos que se forman en el esmalte debilitado del diente, con el tiempo, se convierten en caries al concentrar bacterias con mayor facilidad.
Dientes agrietados o Bruxismo: el consumo de la droga altera el sistema nervioso, por lo que el paciente suele rechinar los dientes para aliviar el estrés hasta el punto de producir grietas en dientes que ya están debilitados por caries dental.
Enfermedad de las encías: El consumo de la droga también afecta el sistema inmunológico por lo que el paciente con Boca de Meth es propenso a conglomerar bacterias en encías y a producir llagas en las paredes bucales.
Mala higiene oral: La acción estimulante de la droga lleva al adicto a mantenerse despierto días consecutivos. Como resultado, la persona puede olvidar cepillarse los dientes mientras dure el efecto de la droga y acumular placa en la superficie de los dientes.
Más allá de que la metanfetamina, cocaína, crack u otras drogas sean ilegales, su ingesta desmedida puede afectar seriamente la salud bucal en un año, haciendo estragos en la boca de la persona. En ese sentido, el adicto es un enfermo en todos los niveles y como tal requiere y necesita ayuda especializada.